La historia de Franco Columbu, el mejor amigo de Arnold

A lo largo de su vida, Franco Columbu se convirtió en una figura icónica en el mundo del culturismo y dejó una huella imborrable en el deporte y en las vidas de quienes lo conocieron. Considerado como uno de los amigos más íntimos de Arnold, en esta publicación repasamos la vida de este entrañable personaje a quien la comunidad del culturismo extraña y llora su pérdida desde su fallecimiento en 2019.

Nacido el 7 de agosto de 1941 en la isla de Cerdeña, Italia, Columbu comenzó su carrera atlética no en el culturismo, sino en el boxeo y la halterofilia, demostrando desde temprana edad una determinación y una fuerza excepcionales. Sin embargo, fue en el culturismo donde Franco encontró su verdadera vocación y legado.

La transición de Columbu al culturismo fue espectacular. Con una estatura de 1,65 metros de altura, no era el competidor más alto, pero su impresionante desarrollo muscular y simetría lo destacaban. Esta base atlética le proporcionó una ventaja única cuando decidió hacer la transición al culturismo, ya que tenía una comprensión profunda de la disciplina, la resistencia y la técnica necesarias para sobresalir en cualquier deporte.

La determinación de Columbu lo llevó a buscar oportunidades más allá de su tierra natal, lo que eventualmente lo condujo a Múnich, Alemania. Allí conoció a Arnold mientras se preparaba para competir en el Mr Europa Junior bajo la tutela del entrenador Kurt Marnul.

Ambos conectaron rápidamente y asentaron las bases de una amistad basada en la admiración mutua y una competencia sana que perduró durante el resto de sus vidas.

Posteriormente, en 1968 ambos se mudaron a los Estados Unidos. Fue en América donde la carrera de Columbu en el culturismo despegó, impulsada por su incansable ética de trabajo y gracias en parte a su amistad y rivalidad con Arnold Schwarzenegger, que por aquel entonces ya apuntaba maneras para convertirse en uno de los mejores culturistas de la época.

Arnold junto a Franco Columbu

Franco Columbu no solo competía; dominaba el escenario con su presencia. Su lista de logros es extensa, pero algunos de los más destacados incluyen la conquista del título de Mr. Olympia en 1976 y nuevamente en 1981 por delante de un Tom Platz en la cúspide de su carrera, una hazaña impresionante que lo solidificó como uno de los grandes del deporte. Además, sus victorias en Mr. Universo y su éxito en diversas competiciones a nivel internacional hablan de su versatilidad y dominio en el culturismo.

Sin embargo, uno de los momentos más significativos de su carrera fue su regreso triunfal para ganar el Mr. Olympia en 1981 después de recuperarse de una lesión potencialmente catastrófica en la competencia de World's Strongest Man en 1977. Esta victoria no solo demostró su excepcional físico sino también su indomable espíritu y capacidad para superar adversidades, características que lo convirtieron en un símbolo de resiliencia y determinación en el culturismo.

Columbu era un hombre de múltiples talentos. Quiropráctico de profesión, también incursionó en el mundo del entretenimiento, actuando en películas y documentales, incluyendo apariciones en "Pumping Iron" y "The Terminator". Su conocimiento en nutrición y fitness lo convirtió en un autor respetado, compartiendo su sabiduría en varios libros y publicaciones.

La relación entre Franco Columbu y Arnold Schwarzenegger es una de las más emblemáticas en el mundo del culturismo. Se conocieron en Europa y su amistad se fortaleció al emigrar a Estados Unidos. Ambos compartían no solo un amor inquebrantable por el culturismo, sino también un profundo respeto mutuo y un sentido de camaradería que trascendía la rivalidad deportiva.

Arnold junto a Franco Columbu

En Gold's Gym, el epicentro del culturismo en Venice, California, Franco y Arnold se convirtieron en compañeros de entrenamiento inseparables. Juntos, empujaron sus límites, compartiendo técnicas, estrategias de entrenamiento y, lo más importante, una motivación inquebrantable. Su enfoque hacia el entrenamiento era serio, pero siempre había espacio para el humor y las bromas, lo que aligeraba la intensidad de sus rigurosas rutinas.

La relación entre Columbu y Schwarzenegger iba más allá del gimnasio y los escenarios de competición. Se apoyaron en diversos aspectos de la vida, incluyendo los negocios y las carreras en el entretenimiento. Schwarzenegger ha sido citado en numerosas ocasiones hablando sobre cómo Columbu fue un pilar en su vida, ofreciéndole consejos y apoyo en momentos cruciales.

Además, cuando Arnold se casó con Maria Shriver en 1986, Franco fue su padrino de boda, lo que demuestra el nivel de intimidad y confianza en su relación.

Incluso después del fallecimiento de Columbu en 2019, Arnold expresó públicamente su dolor y gratitud por los años de amistad, refiriéndose a Franco como su "mejor amigo". Esta amistad, forjada en hierro y mantenida a lo largo de décadas, continúa inspirando a generaciones, recordándonos el poder de la conexión humana en la búsqueda de nuestros sueños.

El legado de Columbu se extiende más allá de sus títulos y logros. Era conocido por su sentido del humor, su calidez y su enfoque filosófico hacia la vida y el entrenamiento. Franco dejó un impacto duradero no solo en el culturismo sino en todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.

Franco Columbu falleció el 30 de agosto de 2019 con 78 años de edad, pero su legado perdura. Su vida es un testimonio del poder de la perseverancia, la amistad y la pasión por el deporte. En el culturismo, Franco es recordado no solo por sus músculos, sino por su corazón, y sigue siendo una inspiración para atletas y aficionados alrededor del mundo.

Mucho más que un culturista: fue un innovador, un mentor y un amigo. Su historia sigue inspirando a generaciones, recordándonos que los límites los establecemos nosotros mismos y que, con determinación y corazón, podemos superar cualquier obstáculo.

Culturismo, ArnoldRaúl P.