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Entrenamiento Pliométrico, Beneficios y Rutina Pliometría

El entrenamiento pliométrico es ampliamente conocido por su capacidad para mejorar la fuerza explosiva y el rendimiento de atletas en una variedad de deportes. Este tipo de entrenamiento, basado en movimientos rápidos y poderosos, como saltos y lanzamientos, optimiza la capacidad de los músculos para producir fuerza en el menor tiempo posible.

Pero, ¿cómo puedes aprovechar al máximo este tipo de entrenamiento? Una de las preguntas clave para cualquier atleta o entrenador es: ¿cuántos saltos y ejercicios debes realizar por semana para obtener resultados óptimos en fuerza y explosividad?

Estudios recientes han analizado el volumen adecuado de entrenamiento pliométrico, sugiriendo que el número de saltos es un factor crítico para maximizar los beneficios sin incurrir en un exceso de fatiga o riesgo de lesión. En esta publicación, no solo te explicaremos los beneficios de la pliometría, sino que también te revelaremos cuántos saltos por semana son necesarios para optimizar tu rendimiento.

¿Qué es el entrenamiento pliométrico o pliometría?

El entrenamiento pliométrico se basa en aprovechar el ciclo de estiramiento-acortamiento (CEA) de los músculos y tendones para generar fuerza explosiva en un periodo corto de tiempo. Este ciclo incluye tres fases clave:

  1. Fase excéntrica: Durante esta fase, los músculos se alargan al recibir una carga, como al aterrizar después de un salto. En este momento, se almacena energía elástica en el músculo y tendones.

  2. Fase de amortiguación o isométrica: Aquí, el músculo pasa por una breve fase de estabilización, en la que no hay movimiento visible. El tiempo que se permanece en esta fase es crucial, ya que cuanto más corta sea, más eficiente será la liberación de la energía almacenada en la siguiente fase.

  3. Fase concéntrica: Es la fase en la que el músculo se contrae y libera la energía acumulada para ejecutar un movimiento explosivo, como el despegue de un salto. Cuanto más rápida sea esta transición, mayor será la explosividad del movimiento​.

El objetivo de la pliometría es reducir al máximo el tiempo entre estas fases para optimizar la eficiencia y explosividad del movimiento. Los ejercicios pliométricos más comunes son los deep jumps o saltos desde cajón, squat-jumps y saltos con rebote (pogo jumps).

Este tipo de entrenamiento es muy utilizado en deportes como el baloncesto, el fútbol o el voleibol, donde la capacidad para generar fuerza rápidamente es esencial. No obstante, la pliometría también es beneficiosa para personas que desean mejorar su fuerza, velocidad y potencia en general​ y también para personas que necesitan prepararse para pruebas físicas y oposiciones.

Beneficios del entrenamiento pliométrico

Mejora de la fuerza explosiva y la velocidad

Numerosos estudios han demostrado que la pliometría es altamente efectiva para aumentar la fuerza explosiva. Esto se debe a la mejora en el ciclo de estiramiento-acortamiento (CEA), lo que permite a los músculos generar más fuerza en menos tiempo. En un meta-análisis realizado por Sáez de Villarreal et al. (2010), se concluyó que el entrenamiento pliométrico mejora de forma significativa el rendimiento en saltos y sprints, dos manifestaciones clave de la fuerza explosiva​.

Además, se ha observado que el uso de ejercicios pliométricos también ayuda a mejorar la velocidad y aceleración, algo crucial para deportes como el fútbol y el baloncesto. Según Kraemer et al. (2000), la pliometría no solo mejora la fuerza muscular, sino también la capacidad de aplicar esa fuerza de manera rápida, lo que se traduce en una mayor velocidad de movimiento y mejores tiempos en pruebas de aceleración​.

Mejora de la agilidad y el equilibrio

La pliometría también tiene un impacto positivo en la agilidad y el equilibrio. Varios estudios, como el de Thomas et al. (2009), han demostrado que los ejercicios pliométricos pueden mejorar la capacidad de los atletas para cambiar de dirección rápidamente, un factor clave en deportes de equipo. Esto se debe a que el entrenamiento pliométrico mejora la coordinación neuromuscular, lo que permite realizar ajustes rápidos en la postura y la dirección del movimiento​.

Impacto en la hipertrofia muscular

Aunque la pliometría se asocia principalmente con el desarrollo de la fuerza explosiva, también puede tener un efecto positivo sobre la hipertrofia muscular, especialmente en personas menos entrenadas. Según un estudio publicado por Mechanica Muscular, el entrenamiento pliométrico puede inducir un aumento moderado de la masa muscular, especialmente en los cuádriceps, gracias al alto nivel de tensión mecánica y estrés metabólico generado durante los ejercicios de salto​.

unsplash @juliarekamie / @markadriane

Número óptimo de saltos por semana

El volumen de saltos en el entrenamiento pliométrico es clave para maximizar los beneficios en fuerza explosiva sin provocar una fatiga excesiva o riesgo de lesión. Según los estudios científicos, el número óptimo de saltos por semana puede variar dependiendo del nivel de entrenamiento del deportista.

Diversos estudios han señalado que realizar entre 120 y 200 saltos por semana, repartidos en 2 o 3 sesiones, es lo ideal para mejorar la fuerza explosiva y la velocidad sin comprometer la recuperación muscular. Por ejemplo, Fatouros et al. (2000) concluyeron que un volumen de 140-160 saltos por semana produjo mejoras significativas en la potencia y el rendimiento en saltos verticales y sprints​.

En la misma línea, estudios como el de Sáez de Villarreal et al. (2010) observaron que atletas que realizaban alrededor de 150 saltos semanales experimentaban aumentos notables en fuerza y velocidad.

Adaptación según el nivel del deportista

Es importante ajustar este volumen en función del nivel del deportista. Para los principiantes, un volumen de 80 a 120 saltos por semana es suficiente para estimular mejoras en fuerza explosiva sin incurrir en un riesgo elevado de sobrecarga muscular. En cambio, los atletas más avanzados pueden beneficiarse de un volumen mayor, acercándose a los 200 saltos semanales, siempre respetando los descansos adecuados para permitir la recuperación del sistema neuromuscular​.

Distribución del volumen y descansos

Otra consideración importante es la distribución de los saltos a lo largo de la semana. Generalmente, se recomienda realizar 2-3 sesiones semanales, con descansos de al menos 48 horas entre sesiones, para garantizar una adecuada recuperación. Estudios como el de Thomas et al. (2009) sugieren que respetar estos descansos no solo previene el sobreentrenamiento, sino que también maximiza los beneficios del entrenamiento pliométrico en términos de rendimiento​.

¿Cuándo realizar el entrenamiento pliométrico?

La correcta integración de los ejercicios pliométricos dentro de una rutina de entrenamiento es fundamental para maximizar sus beneficios. Estos ejercicios, al requerir altos niveles de esfuerzo explosivo y una gran demanda neuromuscular, deben ser programados en el momento adecuado de la sesión o la semana de entrenamiento para optimizar el rendimiento y evitar la fatiga excesiva. Existen tres enfoques principales para su inclusión:

Antes del entrenamiento de fuerza

Uno de los momentos más recomendados para realizar ejercicios pliométricos es antes del entrenamiento de fuerza. Como la pliometría se basa en movimientos rápidos y explosivos, es fundamental que el sistema neuromuscular esté fresco y en óptimas condiciones para generar la máxima potencia. Realizar estos ejercicios al inicio de la sesión, tras un calentamiento adecuado, asegura que los músculos estén activos pero no fatigados, lo que permite ejecutar los movimientos con la técnica y velocidad adecuadas.

Diversos estudios han señalado que realizar ejercicios pliométricos antes del trabajo de fuerza también puede generar un efecto potenciador. Este fenómeno, conocido como potenciación post-activación (PAP), sugiere que los movimientos explosivos previos pueden activar mejor las fibras musculares rápidas, mejorando el rendimiento en los ejercicios de fuerza que se realicen posteriormente​.

Después del entrenamiento de fuerza

Algunos programas sugieren realizar ejercicios pliométricos después del entrenamiento de fuerza, particularmente cuando el objetivo es centrarse en el desarrollo de fuerza máxima o hipertrofia primero, y dejar la explosividad para el final. Este enfoque tiene el beneficio de que el entrenamiento pliométrico puede servir como un complemento al trabajo de fuerza, ayudando a consolidar las adaptaciones neuromusculares. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la fatiga acumulada por el entrenamiento de fuerza puede disminuir la capacidad de producir movimientos explosivos efectivos, lo que podría comprometer los beneficios de la pliometría.

Este método puede ser útil en deportistas avanzados que buscan maximizar la adaptación de ambos componentes, pero no es el más recomendable para principiantes, ya que la fatiga podría aumentar el riesgo de lesión y reducir la eficacia del entrenamiento pliométrico​.

En días separados

Otra opción es programar los ejercicios pliométricos en días aislados, donde el objetivo principal de la sesión es desarrollar fuerza explosiva. Este enfoque permite centrarse completamente en la pliometría, sin interferencias de fatiga muscular derivada de ejercicios de fuerza. Es ideal para aquellos que entrenan deportes donde la explosividad es clave, como atletismo, fútbol o baloncesto, y se utiliza a menudo en fases de entrenamiento específicas, como la fase de preparación específica.

Incluir la pliometría en días aislados permite una recuperación completa entre sesiones de entrenamiento de fuerza, maximizando el desarrollo neuromuscular y permitiendo una mayor capacidad de recuperación para ejercicios más intensos​.

Recomendación general

Para la mayoría de los deportistas, la recomendación general es realizar los ejercicios pliométricos al inicio de la sesión, después del calentamiento y antes de la fuerza, o en días separados. Este enfoque asegura que se pueda generar la máxima potencia y velocidad en los ejercicios, evitando la fatiga que podría limitar el rendimiento. Sin embargo, la elección dependerá del objetivo específico de cada programa de entrenamiento y del nivel de experiencia del atleta.

Estructura de un Entrenamiento pliométrico

Para deportistas principiantes, se recomienda comenzar con un programa de entre 6 y 8 semanas, con una frecuencia de 2 a 3 sesiones semanales. Durante estas sesiones, el volumen debe mantenerse bajo en las primeras semanas, con aproximadamente 80 a 100 saltos por semana, distribuidos en ejercicios de baja a media intensidad, como squat-jumps o saltos con rebote (pogo jumps), haciendo especial énfasis en aprender correctamente la técnica de aterrizaje y propulsión.

A medida que el atleta avanza, se pueden introducir saltos más complejos como los saltos en profundidad o caídas desde cajones, aumentando progresivamente el volumen hasta llegar a los 150-200 saltos semanales, tal y como sugieren estudios de Kraemer et al. (2000) y Sáez de Villarreal et al. (2010)​.

Rutina Pliometría

En cuanto a la organización de las sesiones, se recomienda empezar con ejercicios de activación y calentamiento dinámico, seguidos de los ejercicios pliométricos principales. Un ejemplo de sesión podría incluir:

  • Calentamiento dinámico: 10-15 minutos de movilidad y activación.

  • Serie 1: 2 series de 8-10 squat-jumps.

  • Serie 2: 2 series de 6-8 saltos en profundidad o desde cajón (deportista avanzado).

  • Serie 3: 2 series de 8-10 saltos con rebote (pogo jumps).

  • Parte principal del Entrenamiento de Fuerza

Cada ejercicio debe realizarse con una intensidad máxima, asegurando que el atleta esté descansado entre series para evitar la fatiga acumulada. El descanso recomendado entre series debe ser de 1 a 2 minutos, dependiendo de la intensidad del ejercicio​.

Precauciones y consideraciones

Aunque la pliometría es muy beneficiosa, también es un tipo de entrenamiento que genera un gran impacto en las articulaciones y tendones. Por esta razón, es crucial que el atleta tenga una base sólida de fuerza y dominio de la técnica de todas las fases pliométricas antes de iniciar un programa pliométrico.

Kraemer et al. (2000) sugieren que, para minimizar el riesgo de lesiones, el deportista debería poder realizar al menos varias sentadilla con su propio peso corporal antes de comenzar con los saltos en profundidad y otros ejercicios más avanzados​.

También es fundamental prestar atención a la técnica. Los ejercicios deben realizarse con control y una buena postura para evitar lesiones, especialmente en las rodillas y los tobillos. Las superficies de entrenamiento deben ser preferentemente blandas o semiblandas (como césped o colchonetas) para reducir el impacto en las articulaciones.

En resumen, la pliometría es una técnica que, bien aplicada, ofrece beneficios significativos tanto para la fuerza explosiva como para la mejora de otras capacidades físicas. Sin embargo, como cualquier entrenamiento, requiere una correcta planificación y una ejecución cuidadosa para maximizar sus resultados y evitar problemas derivados de la fatiga o el impacto articular.

Referencias

  1. Sáez de Villarreal, Requena, & Newton (2010). Effects of plyometric training on explosive strength in collective sports.

  2. Fatouros et al. (2000). Plyometric training improves jumping performance and muscle power.

  3. Markovic et al. (2007). Plyometric training improves vertical jump height and sprint performance.

  4. Kraemer et al. (2000). Influence of plyometrics on strength and speed performance.

  5. Thomas et al. (2009). The effect of a short-term plyometric training program on agility.

  6. Mechanica Muscular. (2022). Impacto de la pliometría en la hipertrofia muscular esquelética